mércores, 14 de decembro de 2016

Prohibido amamantar

Nos llega el testimonio de una compañera que, por enfermedad, ha tenido que recibir asistencia hospitalaria y luchar contra un sistema sanitario que no hace sino empeorar su estado al dificultarle la lactancia. Gracias a M. por escribirlo y a S. por denunciarlo. Te deseamos una rápida recuperación. Gracias.

Prohibido aleitar
Chéganos o testemuño dunha compañeira que, por enfermidade, tivo que recibir asistencia hospitalaria e loitar contra un sistema sanitario que non fai senón empeorar o seu estado ó dificultarlle a lactación. Grazas a M. por escribilo e a S. por denuncialo. Desexámoste unha rápida recuperación. Grazas.

"Y se armó el Belén...
Hace unos cuantos de años aconteció que una mujer embarazada inició un viaje. Estando en ruta le vinieron los dolores de parto y tuvo a su hijo en un pesebre. Recordamos y sentimos a aquella mujer que no encontró posada, que le cerraron las puertas, que parió sola.
Hoy traigo una historia, que por las fechas en las que estamos, me recuerda a esa familia. Se trata de la historia de una mujer, una madre, una gitana que amamanta, una madre que ama a su hija, una familia que está de viaje y que en ruta empieza la madre a sentir dolor. No son dolores de parto, son dolores de enfermedad, se acompañan de fiebre, malestar, vómitos... Paran en un hospital, está de transito, le dan algo para calmar el dolor, siguen viaje, el dolor se vuelve insoportable, no hay posición en la que se encuentre cómoda, la fiebre la consume, paran en otro hospital, unos antibióticos vía oral, un calmante, estás de paso, sigue tu viaje, pero no puede, es incapaz. La familia hace noche en tierra extraña, esperando una mejoría que no llega, su situación empeora, haciendo un esfuerzo consiguen llegar a su casa, directos a su hospital de referencia, Hospital de San Juan en Alicante.
Diagnóstico: pielonefritis aguda. Necesitas tratamiento en vena. Soy madre lactante, necesito estar con mi hija. NO, los bebés no pueden estar en observación. ¿Puedo usar el sacaleches? NO.
El padre se va con la hija, la niña llora, nunca se separó de su madre, la madre queda sola, aislada, incomprendida.
Pasan las horas.
Impotencia, rabia, indefensión, tristeza, desesperación.
Suplica, negocia, amenaza.
Llamadas de sanitarios hacia la doctora, ingrésenla en pediatría, permítanle el acceso al sacaleche. NO.
Pasan más horas.
Brota la leche de los pechos, brotan las lágrimas de los ojos.
El dolor se vuelve insoportable, dolor de enfermedad, dolor de pechos, dolor de separación.
Las palabras que se vuelven dardos envenenados, que se clavan en el corazón y en el alma. Tu hija es grande que tome chicha, el hospital no es lugar para un bebé, no entiendes, no sabes, hay peligros que tú eres incapaz de entender, que la cuide su padre, aprovecha y descansa, tanta teta, eso ya es vicio, estás muy nerviosa, no estás pensando con la cabeza...
Tras 8 interminables horas, la doctora accede a tratamiento ambulatorio, ya que la madre está muy nerviosa. No hay empatía, no hay comprensión, te vas, estás alterada, vete si tanto empeño tienes, fuera de aquí.
¿Bien está lo que bien acaba?
Esperamos que el tratamiento cure la infección, pero se ha provocado un daño, un sufrimiento, un estrés y una agonía sin motivo, sin explicación y sin justificación.
Podría haberse ofertado acceso a sacaleches, podría haberse intentado un ingreso en planta para que madre e hija estuviesen juntas, podría incluso haberse ofertado el mismo tratamiento ambulatorio, horas antes, desde la empatía, desde el respeto al paciente, desde el entendimiento, desde el conocimiento de lo que es una lactancia a demanda."

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