sábado, 6 de febreiro de 2016

Cosas de pediatras


Tuve una consulta desagradable con la pediatra. Le dio por insistir en que el niño está bajo de talla. Yo veo que sigue como siempre desde los 6 meses, tiene ahora 18, rondando un percentil 3. Ya nos damos cuenta de que es pequeño pero, quitando su problema renal, está sano y feliz, lo que pasa que es un niño introvertido que no se acerca a humanos que no conoce. Y parece que eso molesta... El caso es que se empeña en sacarle sangre. La criatura solo con pasar al ambulatorio entró en histeria. Pero eso a ella no le importa. Lo inmovilizan entre dos, le quitan sangre y listo, me cuenta. Pero me importa a mí. No estoy en contra de hacer pruebas pero solo si son necesarias y ya si te empeñas en justificarlas enseñándome una gráfica donde solo tú ves que la talla ha bajado de percentil... pues como que no me convences. Mucha sonrisilla, eso sí, que por algo es compañera de mi suegra, pero, al ver que no conseguía su propósito me suelta indignada "es que si te aviso de que puede haber un problema y no me haces caso no sé a qué vas a venir dentro de 3 meses a que lo pese y lo mida". Vaya, otra que se saltó la clase de autonomía del paciente. Lo siento querida, mal que te pese funciona así. Tú propones y yo dispongo. Entonces, sí, sacó la carta: "porque a ver dentro de 3 meses cuando llegue desnutrido". Tachán. Matrícula de honor en coacciones y amenazas a los pacientes. La verdad es que me hartó. Tía, a la mierda, estoy preñada, déjateme de infantilismos. Le dije que lo hablaría con el tripater y ya la avisaría. Ni ganas de discutir. Dice sospechar de celiaquía, por si alguna tiene información al respecto. A segunda opinión de cabeza que vamos pero, por lo que he ido viendo, será complicado que vuelva a su consulta. Aunque se confirme su diagnóstico y sea una buenísima médica, no son formas. Y, a estas alturas, no tengo útero para tonterías.
El contraste al menos lo puso la nefróloga. Y eso que no era mi favorita, la oficial. El riñón derecho está peor. Recomendó cistografía, o sea, sondar al niño para ver si hay obstrucción. Me negué y le di mi opinión: prefería no hacer nada hasta los 3 años, que es el plazo que se da para que la dilatación se resuelva sola. Me explicó que, al tener mal un riñón, el otro podría ir compensando y, aún habiendo obstrucción o incluso algo peor, no nos tendríamos por qué enterar, sería asintomático. Me convenció así de fácil y marcamos nueva eco para enero. Hasta me vio preocupada y me animó. "Es muy bueno que no haya hecho ninguna infección, hay probabilidades de que se resuelva solo, no te preocupes". Y allí que salí con mi volante con un "no se realiza cisto por deseo de la familia".
Primera consulta, 30 minutos. Segunda ni 10. Informar, respetar e incluso empatizar no son cuestión de tiempo.

Ningún comentario:

Publicar un comentario